Dificultad: Fácil

Duración
120min
Forma


Callejeando encontrará tres monasterios o conventos y la iglesia que fue de un cuarto de los ocho que albergó esta ciudad, así como los restos de dos iglesias, en tiempos parroquias, que junto con otras ocho fueron las parroquias que llegó a tener la población.
Pero si la arquitectura religiosa que se conserva es abundante, no le va a la zaga la arquitectura civil, tanto pública como privada, que aún se puede ver por sus calles. Entre las primeras se encuentra el Pósito Real y la Torre del Reloj y con respecto a la arquitectura civil privada quizás la edificación más representativa que nuestros antepasados nos legaron es la casa-palacio que la aristocracia y alta burguesía, más tarde gracias al dinero y poder ennoblecida, construyeron en los años de mayor esplendor, poder e influencia de la ciudad.
También podrá ver, sin el relumbre de la arquitectura noble, una arquitectura que nacida de las mismas entrañas del pueblo llano, llenó de vida y personalidad el núcleo urbano de la ciudad y de la que conservamos aún algunos vestigios: la arquitectura popular, que adquiere un especial impacto en el habita troglodita de las llamadas en Huete “chozas” situadas en las faldas del cerro del castillo.